LOGO La aventura americana
       Un nombre trasciende la aventura océanica de Castrojeriz: Alvar Pérez Osorio, compañero de Colón, heroico defensor de la Española, natural de la villa y uno de los primeros en sentirse irremediablemente atraido por los rumores (clamor de mercaderes de muelles de Levante) que le llevarían a su personal encuentro con el Nuevo Mundo. Ya desde niño mostró una rara y clara vocación marinera. Ciertos parientes suyos se trasladarán en su niñez a Itero de la Vega, para hacerse cargo de un negocio, pequeña fábrica local al amparo del Señor de Castro, firmemente convencido de la capacidad manufacturera de su condado, de encurtidos y perdices en escabeche, así como liebres, conejos y truchas, estas últimas abundantísimas en el vecino Pisuerga. El mínimo tinglado prosperó rápidamente tanto por la bondad de sus productos como por la diligencia de la familia Osorio, pudiendo permitirse abrir una corresponsalía en Fromista. Las idas y venidas del entonces joven Alvar, con las mulas, en su semanal trajín de cántaras y tinajas, entre Castrojeriz y Fromista le harían entrar en contacto, charlas de camino, consejas de labriegos , con la hagiografía del patrón de los marineros, natural de la villa palentina, al que pronto comenzaría a profesar una profunda devoción, encomendándosele en los momentos más varios. A él dirigiría un último e íntimo responso en la empalizada final, esperando el postrer ataque de los feroces Caribes.
VOLVER AL ÍNDICE DE LA REVISTA VOLVER AL INICIO DE LA PÁGINA ACTUAL
PÁGINA SIGUIENTE PÁGINA ANTERIOR (la fundación)